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La Mirada del Facilitador/a: Objetividad y neutralidad como base de un acompañamiento poderoso.

Después de haber reflexionado sobre la importancia de liberarte de tus proyecciones y de aprender a observar sin juicio, es el momento de integrar estas habilidades. La culminación de este proceso es desarrollar una mirada objetiva y neutra, la base de un acompañamiento que no solo es eficaz, sino profundamente ético y libre.

La neutralidad: Tu ancla en el proceso del cliente/paciente

Un/a profesional del acompañamiento que opera desde la neutralidad es como un faro en medio de la tormenta. No se deja llevar por las emociones o los conflictos del cliente, sino que se mantiene firme, creando un espacio seguro para que la otra persona encuentre su propio camino.

La neutralidad no es apatía o desconexión. Es un estado de presencia consciente que te permite ser un canal para el proceso, sin interferir en el resultado. Eres el compañero, no el salvador que lleva la mochila del cliente/paciente.

Del juicio a la observación: El espejo sin filtros que es el caballo

El caballo es tu mayor maestro en este proceso. Al interactuar con ellos, te entrenas en:

  • Ver lo que es: La reacción del caballo a tu energía te obliga a reconocer tus propias incoherencias. Te enseña a diferenciar entre lo que tu mente interpreta y lo que tu cuerpo y tu energía realmente están comunicando.
  • Dejar de lado el juicio: El caballo no juzga, no te ve como «bueno» o «malo», sino como coherente o incoherente. Esta retroalimentación honesta y sin prejuicios es una práctica constante que moldea tu mirada, eliminando los filtros de tus propias proyecciones.

La ciencia de la objetividad en la sesión

La capacidad de mantener la objetividad y la neutralidad no es solo un ideal; es una habilidad que se puede entrenar y que tiene un impacto real. Investigaciones en el campo de la psicología clínica y el coaching han demostrado que la alianza terapéutica, es decir, el vínculo de confianza entre profesional y cliente/paciente, es un predictor clave del éxito de una intervención.

Una de las bases de esta alianza es la percepción de seguridad y confianza que el profesional transmite. Un facilitador neutral y objetivo crea un ambiente donde el cliente se siente verdaderamente visto y aceptado, sin el peso de ser juzgado. Un estudio de la revista Psychotherapy (2018) concluyó que la capacidad del terapeuta para autorregularse y mantener la objetividad está directamente relacionada con la satisfacción del cliente y la eficacia del tratamiento.

La liberación de la carga

La verdadera recompensa de este camino es doble, para ti, significa liberarte de la carga de los resultados y del agotamiento emocional, y para tu cliente/paciente, significa un acompañamiento que no interfiere en su vida, sino que la potencia.

La mirada de un facilitador objetivo y neutral no es fría, es poderosa, es la mirada que da al otro el espacio y la libertad que necesita para encontrarse a sí mismo.

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